Una de las visitas de las que más hemos disfrutado: el jardín botánico de Torremolinos, un auténtico oasis para unos unos navarros sedientos de naturaleza después de ya casi una semana bajo el sol andaluz. Además aprovechamos para ejercitar nuestras piernas en un largo paseo que nos llevó desde el hotel al jardín botánico, eso sí, a la vuelta solo tres valientes regresaron andando, además de Lluc, que hizo de entrenadora personal...
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